Era la gran oportunidad del ciego Bartimeo: JESÚS pasaba muy cerca de él... "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!", se puso a gritar lleno de fe y esperanza. Pero la gente se molestó, y "muchos le reprendían para que callase".
Suerte que Bartimeo no se dejó desanimar tan rápidamente y grito más fuerte - ¡y Jesús le oyó! Y "deteniéndose, mandó llamarle". ¿Estaba ocupado Jesús? Sí, pero le importó la necesidad de este hombre. Lo suficiente como para interrumpir su programa y dedicar unos minutos a una sola persona marginalizada, a la que su intervención misericordiosa le iba a cambiar la vida. (Mc.10:46-52)
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¿Cómo pudo la gente ser tan insensible y decirle que se callara? – ¿Podría ser que hagamos a veces lo mismo, decirle a uno que sufre: “No grites, no te quejes, el Señor no se va a molestar a ocuparse de este problema, no es lo suficientemente importante”? Quizás no lo decimos con palabras, sino con nuestra actitud o con nuestro silencio…
Ojalá seamos como aquellos que le dijeron al pobre ciego: “¡Ánimo, el Señor tiene compasión de ti… – ve a él, te llama!" (v.49) Y ojalá los que sufren no se callen, sino griten más fuerte y encuentren a quienes les acompañen al Buen Pastor, compasivo y poderoso - que está más que dispuesto a atenderles.
Sal.22:24 “…no menospreció ni desdeñó la aflicción del afligido, ni de él escondió su rostro; sino que cuando clamó a él, le escuchó.”
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Soledad, desánimo, conflictos, preocupación, pérdidas...
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Dolor, malas experiencias,
temores, cosas que nadie sabe...
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Almas que sufren
Silencio espantoso
en medio del ruido,
silencio
de mil palabras.
Soledad invisible
rodeada de gente,
soledad
en medio de amigos.
Almas hambrientas
de un toque de compasión,
almas
anhelando amor.
Palabras de ánimo:
¿dónde estáis?
Palabras
que llegan al corazón.
¡Levantad vuestra voz,
romped el silencio,
penetrad
el muro de soledad!
¡Buscad inspiración
del Consolador,
por Él
dejaos guiar!
Nueva criatura,
libre para amar,
redimida
para ser bendición:
¡Sal al encuentro
del alma que sufre –
Cristo
lo haría también!
(Sigrid Py)
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